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La alopecia cicatricial se refiere a un conjunto de trastornos de caida del cabello que puede ser diagnosticado hasta en un 3% de los pacientes con pérdida de cabello. Ocurre en todo el mundo a hombres y mujeres sanos de todas las edades.
Cada diagnóstico específico dentro de esta categoría es bastante raro, pero algunos ejemplos son la disección de celulitis, foliculitis eosinofílica pustulosa, síndrome de degeneración folicular, foliculitis decalvans, liquen planopilaris, y pseudopelade de Brocq, para nombrar unos pocos. Alopecia cicatricial pueden también ser parte de una condición crónica mucho mayor tal como el lupus eritematoso, donde muchos órganos del cuerpo pueden ser afectados.
Si bien hay muchas formas de alopecia cicatricial, el tema común es su permanente e irreversible potencial destructivo de los folículos pilosos y su sustitución por tejido cicatrizal.
La mayoría de las formas de alopecia cicatricial se producen primero como pequeños parches de pérdida del cabello que se pueden ampliar con el tiempo. En algunos casos, la pérdida de cabello es gradual, sin síntomas, y puede pasar desapercibida durante mucho tiempo. En otros casos, la pérdida de cabello se relaciona con graves picazones, quemazón y dolor, y es rápidamente progresiva.
La alopecia cicatricial suelen verse un poco diferente de la alopecia areata en la que los bordes de los parches calvos se ven más “rasgados”. Las zonas afectadas pueden ser lisas y limpias, o pueden tener enrojecimiento, una ampliación, aumento o disminución de la pigmentación, o ampollas de pus con líquidos procedentes de la zona afectada.
Estos indicadores visuales pueden ayudar con el diagnóstico, pero es difícil diagnosticar una alopecia cicatricial sólo con la evolución de la pérdida del cabello y la naturaleza de la piel del cuero cabelludo. A menudo, cuando se sospeche la presencia de alopecia cicatricial, una o más biopsias de piel se realizan para confirmar el diagnóstico y ayudar a identificar la forma particular de alopecia cicatricial. Una pequeña biopsia de 2 a 4 mm de diámetro y se examina bajo un microscopio. Un dermatólogo o patólogo buscará la destrucción de los folículos pilosos, tejido de cicatriz profunda en la piel, y la presencia y localización de la inflamación en relación con los folículos pilosos.
A menudo, las primeras etapas de una alopecia cicatricial tendrá células inflamatorias alrededor de los folículos pilosos, lo que, muchos investigadores creen, induce la a la destrucción de los folículos pilosos y el desarrollo de tejido cicatrizal.
Tratamientos
La alopecia cicatricial pueden causar una gran cantidad de daños y pérdida de cabello permanente. Por esta razón el tratamiento de alopecia cicatricial debe ser bastante agresivo. La naturaleza del tratamiento varía en función del diagnóstico. La alopecias cicatrices que involucran principalmente inflamación de linfocitos de los folículos pilosos, generalmente son tratados con corticosteroides tópicos en cremas y por inyecciónes en la piel afectada. Además, los medicamentos antipalúdicos y la isotretinoína puede ser utilizada.
Cada diagnóstico específico dentro de esta categoría es bastante raro, pero algunos ejemplos son la disección de celulitis, foliculitis eosinofílica pustulosa, síndrome de degeneración folicular, foliculitis decalvans, liquen planopilaris, y pseudopelade de Brocq, para nombrar unos pocos. Alopecia cicatricial pueden también ser parte de una condición crónica mucho mayor tal como el lupus eritematoso, donde muchos órganos del cuerpo pueden ser afectados.
Si bien hay muchas formas de alopecia cicatricial, el tema común es su permanente e irreversible potencial destructivo de los folículos pilosos y su sustitución por tejido cicatrizal.
La mayoría de las formas de alopecia cicatricial se producen primero como pequeños parches de pérdida del cabello que se pueden ampliar con el tiempo. En algunos casos, la pérdida de cabello es gradual, sin síntomas, y puede pasar desapercibida durante mucho tiempo. En otros casos, la pérdida de cabello se relaciona con graves picazones, quemazón y dolor, y es rápidamente progresiva.
La alopecia cicatricial suelen verse un poco diferente de la alopecia areata en la que los bordes de los parches calvos se ven más “rasgados”. Las zonas afectadas pueden ser lisas y limpias, o pueden tener enrojecimiento, una ampliación, aumento o disminución de la pigmentación, o ampollas de pus con líquidos procedentes de la zona afectada.
Estos indicadores visuales pueden ayudar con el diagnóstico, pero es difícil diagnosticar una alopecia cicatricial sólo con la evolución de la pérdida del cabello y la naturaleza de la piel del cuero cabelludo. A menudo, cuando se sospeche la presencia de alopecia cicatricial, una o más biopsias de piel se realizan para confirmar el diagnóstico y ayudar a identificar la forma particular de alopecia cicatricial. Una pequeña biopsia de 2 a 4 mm de diámetro y se examina bajo un microscopio. Un dermatólogo o patólogo buscará la destrucción de los folículos pilosos, tejido de cicatriz profunda en la piel, y la presencia y localización de la inflamación en relación con los folículos pilosos.
A menudo, las primeras etapas de una alopecia cicatricial tendrá células inflamatorias alrededor de los folículos pilosos, lo que, muchos investigadores creen, induce la a la destrucción de los folículos pilosos y el desarrollo de tejido cicatrizal.
Tratamientos
La alopecia cicatricial pueden causar una gran cantidad de daños y pérdida de cabello permanente. Por esta razón el tratamiento de alopecia cicatricial debe ser bastante agresivo. La naturaleza del tratamiento varía en función del diagnóstico. La alopecias cicatrices que involucran principalmente inflamación de linfocitos de los folículos pilosos, generalmente son tratados con corticosteroides tópicos en cremas y por inyecciónes en la piel afectada. Además, los medicamentos antipalúdicos y la isotretinoína puede ser utilizada.