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¿Como habíamos podido vivir tantos años sin una solución como el injerto capilar para dar respuesta a nuestros problemas de alopecia, de calvicie?, esta es una buen pregunta para formularse, y más aun si tenemos presente que nunca en la historia la alopecia, la calvicie tanto masculina como femenina ha sido aceptada ni bien vista por la sociedad.
Más allá de las modas, una realidad permanente
Y es que la afirmación realizada anteriormente no puede ser más acertada. La afirmación de que la alopecia, la calvicie, jamás, en ninguna de las épocas de la historia, y en ninguna de las culturas, como norma general ha sido aceptada y bien vista. Ello nos hace ver lo imprescindible que siempre ha sido para el ser humano buscar soluciones a los problemas que afectaban a su cuerpo, problemas en este caso manifestados mediante la perdida del cuero cabelludo.
Lo anteriormente dicho no significa ni mucho menos que no hayan existido momentos puntuales en la historia o culturas o grupos concretos que hayan rebajado la presión hacia las personas calvas y que incluso haya sido bien visto o aceptado, pero sin duda han sido casos temporales o particulares, y nunca han sido el común denominador general de la sociedad general en su conjunto.
Antes del injerto capilar, un yermo desolador
Pero esta necesidad de encontrar soluciones, de dar respuesta a los problemas de calvicie jamás vino acompañado de unas respuestas creíbles, sólidas y efectivas. Nunca jamás hasta la aparición de la técnica del injerto capilar, y precisamente por eso se dice que en el ámbito de los tratamientos capilares, antes del injerto capilar era la época prehistórica.
Desde mejunjes varios, hasta técnicas fraudulentas, pasando por soluciones a medio gas, poblaron la realidad alopécica de nuestros pueblos y ciudades hasta que apareció el injerto capilar. Un injerto capilar que vino a solucionar un grave problema para muchas personas que antes no encontraban solución, un injerto capilar que sin duda desde su aparición ya no tan solo ha supuesto una revolución en el sector, sino que ha supuesto uno de los grandes avances de la sociedad en general. Uno de los grandes avances de estos últimos años y a la altura de muchos otros importantes logros de la sociedad. Un logro que sin duda ha permitido, permite y permitirá a los afectados terminar con los quebraderos de cabeza y el dolor que les causaba su calvicie, y gracias a ello recobrar la sonrisa perdida, la imagen y la serenidad interior.
Más allá de las modas, una realidad permanente
Y es que la afirmación realizada anteriormente no puede ser más acertada. La afirmación de que la alopecia, la calvicie, jamás, en ninguna de las épocas de la historia, y en ninguna de las culturas, como norma general ha sido aceptada y bien vista. Ello nos hace ver lo imprescindible que siempre ha sido para el ser humano buscar soluciones a los problemas que afectaban a su cuerpo, problemas en este caso manifestados mediante la perdida del cuero cabelludo.
Lo anteriormente dicho no significa ni mucho menos que no hayan existido momentos puntuales en la historia o culturas o grupos concretos que hayan rebajado la presión hacia las personas calvas y que incluso haya sido bien visto o aceptado, pero sin duda han sido casos temporales o particulares, y nunca han sido el común denominador general de la sociedad general en su conjunto.
Antes del injerto capilar, un yermo desolador
Pero esta necesidad de encontrar soluciones, de dar respuesta a los problemas de calvicie jamás vino acompañado de unas respuestas creíbles, sólidas y efectivas. Nunca jamás hasta la aparición de la técnica del injerto capilar, y precisamente por eso se dice que en el ámbito de los tratamientos capilares, antes del injerto capilar era la época prehistórica.
Desde mejunjes varios, hasta técnicas fraudulentas, pasando por soluciones a medio gas, poblaron la realidad alopécica de nuestros pueblos y ciudades hasta que apareció el injerto capilar. Un injerto capilar que vino a solucionar un grave problema para muchas personas que antes no encontraban solución, un injerto capilar que sin duda desde su aparición ya no tan solo ha supuesto una revolución en el sector, sino que ha supuesto uno de los grandes avances de la sociedad en general. Uno de los grandes avances de estos últimos años y a la altura de muchos otros importantes logros de la sociedad. Un logro que sin duda ha permitido, permite y permitirá a los afectados terminar con los quebraderos de cabeza y el dolor que les causaba su calvicie, y gracias a ello recobrar la sonrisa perdida, la imagen y la serenidad interior.